Pienso todo esto viendo,
por gracia, trabajar a Marina Nuñez del Prado. Pocas veces he gozado
tanto siguiendo una rápida como la del demiurgo y como
ella intuitiva.
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MADONA INDIA
Maria
Nuñez del Prado
Granito 43x33x42
1946
En el caso de la vocación
absoluta, del creador nato, añadiendo a esto la más rigurosa
conciencia artesana. Sin elarde, en el silencio ardiente que llaman inspiración,
echando miradas rápidas hacia el modelo, quien a su vez sigue esa
diestra bruja, Marina cumple su comisión natural y sobrenatural
de doblar un rostro, un torso o un cuerpo entero. Como en los mitos, ella
nació para el menester de leer lo evidente al vuelo, y de rastrear
lo escondido, sacándolo a la ,luz y labrada toda ella por
la luz de los Andes, ha añadido al don de lugar su lealtad hacia
la raza indígena ...Marina es ya el caso de un maestro. A esta categoría
se llega generalmente hacia la vejez; los dioses que gobiernan la ruta
hacia la maestría no la hacen corta ni blanda para sus ahijados,
el escultor y el pintor. Para la boliviana genial la gracia se ha
apresurado, pues su obra lanzada es ya ancha, y ya podemos decir de ella,
sin caer en hinchazón, que ella “merece de la Patria", según
la expresión popular. Pero la Patria suya rebosa a Bolivia: ella
comprende toda su América india y mestiza. La fiesta es por lo tanto
para todos nosotros.
Gabriela
Mistral, Premio Nobel
Retrato
de Marina Nuñez del Prado
“La
Nación” Buenos Aires , Oct. 1952.
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