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El visitante en las numerosas secciones museológicas
de la Casa de Moneda se sorprende encontrando tan variadas y valiosas piezas
que evocan tiempos pasados.
La llamada Sala de Herrería cuando se concluyo el edificio en 1773 era un espacio destinado a la acuñación de monedas utilizando volantes o prensas, dos de cuerpo entero que requerían tres o cuatro trabajadores por máquina y cuatro (volantes) de medio cuerpo que precisaban hasta diez personas para su funcionamiento. En 1869 se instaló en el sector aledaño un caldero para el funcionamiento de las máquinas a vapor y en dichos ambientes se organizó una herrería para apoyar este complejo mecanismo. Actualmente en esta sala se conserva un concentrador de vapor una locomotiva que impulsaba un sistema de poleas para el funcionamiento de tornos y molinos de bolas. Al organizarse el museo en dichos ambientes se colocaron también carrozas del siglo XVIII dando un aspecto por demás llamativo que recuerda por un lado el mecanismo de acuñación de monedas y también los medios de transporte - diligencias y mosquitos - de épocas pasadas. |